jueves, 19 de enero de 2012

ARROGANCIA SUPINA

Desde hace 6 días la noticia del crucero de lujo Costa Concordia medio hundido frente a la costa de Italia me espeluzna.

Las primeras noticias que se difundieron era que había tropezado con una roca que le había abierto el casco, esto produjo que el barco se hundiera parcialmente y obligara al pasaje a abandonar la nave. A mí como siempre me dio por preguntarme ¿cómo se puede tropezar un barco con una piedra? Pasmada me dejó el comentario del Capitán alegando que la piedra no salía en los mapas (¿a alguien más le parece una excusa patética?). Acaso pusieron el piloto automático y se fueron todos a la cena de gala, no quedó nadie para vigilar el radar, el sonar, la alarma anti-colisión. Que de nada sirve dotar estas maravillas de la ingeniería con tecnología si nadie se toma la molestia de usarla. Yo voto por volver a la antigua usanza y subir al grumete al punto más alto del barco para hacer de vigía.

Luego supimos que se había acercado el barco a la costa para pasar por delante del hogar del jefe de camareros , que se pretendía encender todas las luces del barco y hacer sonar las sirenas, parece ser que es un símbolo de reconocimiento, y que por ese motivo estaban tan cera de la costa.

Veamos no es que yo sea Popeye, pero sé que cuanto más te acercas a la línea de la costa menos profundo es el mar, así que hay que extremar la precaución. Sigo sin entender como un barco tan grande se comió el fondo marino y abrió un boquete de 70 metros en la quilla del barco. Y aún menos que fuera por una idiotez semejante.

Los pasajeros desde el primer momento dijeron que el capitán abandonó el barco antes que el pasaje. Donde queda aquello de “las mujeres y los niños primero”. Que no se me tiren al cuello las feministas, que con esta expresión sólo reclamo que los responsables del barco hagan la parte que les toca y se comporten como deben. Todos hemos visto y oído al capitán asegurar que eso no era cierto, pero justo ayer se hizo pública una conversación mantenida entre el susodicho y un responsable de Capitanía del Puerto.
Al principio intentaba hacer creer que seguía a abordo, pero pronto su interlocutor lo caló y le ordenó regresar a la nave, en un tono más que enfadado. Y el capitán se lo pasó por el forro (perdonad la expresión pero ésta describe con exactitud lo que pasó).
Para excusarse argumentó que salió despedido y cayó sobre el tejado de un bote salvavidas (que lástima que no cayera sobre una cama de clavos). Argumenta que no pudo regresar a bordo porque el bote quedó colgando, me parece que este capitán ha visto muchas películas de James Bond y se identifica con él. También alega que coordino el rescate desde una roca, es curioso que nadie diga haberlo visto haciendo precisamente eso.

Por si todo esto le parece poco a alguien, en su declaración ante el juez, aseguró sentirse orgulloso de su forma de proceder. Que con su actuación salvó muchas vidas, ya que si hubiera ocurrido en alta mar habría habido más muertos. Aquí es donde el señor Capitán hace gala de una arrogancia desmedida, deben infundírsela los galones que lleva al hombro. Me atrevo a recordarle que si no hubiera realizado esa maniobra de acercamiento a la costa, habrían estado en alta mar y no le habría dado un besito a ninguna roca, así que ponerse medallas por hacer una cosa mal detrás de otra, me parece de una desfachatez increíble.

Recordemos que el capitán ha hecho varias cosas mal. Permitidme que ponga el “presuntamente” delante de todo, pues no quiero tener que enfrentarme a una querella.

El “presunto” Capitán se acercó a la costa innecesariamente en una maniobra que los responsables de la compañía tachan de no reglamentaria. Así se encalla un navío más grande que el Titanic cerca de la isla de Giglio frente a la costa Italiana. ¡Presunto INCOMPETENTE!

No se informó de inmediato al pasaje de la gravedad de la situación y de la necesidad de abandonar el barco. Quiero creer que intentaban solucionar el problema y no que el “presunto” Capitán quisiera el campo libre para subirse sin problemas al bote salvavidas. ¡Presunto NEGLIGENTE!

Eso es lo que hizo sin contemplaciones “presuntamente” abandonó a su suerte al pasaje y a la tripulación. ¡Presunto COBARDE!

“Presuntamente” intentó engañar a las autoridades portuarias sobre su paradero. ¡Presunto EMBUSTERO!

Se le ordenó regresar a la nave a coordinar la evacuación, “presuntamente” no lo hizo. ¡Presunto IRRESPONSABLE!
Se pone “presuntamente” medallas y se siente orgulloso de sus actos. ¡Presunto CAPULLO ARROGANTE!

Algunos me tildarán de extremista, pero dan ganas de regresar a la edad media. En la que le ataríamos una piedra al cuello, lo tiraríamos al mar y si se ahoga nos encogeríamos de hombros y diríamos que ha sido voluntad divina. Y si sobrevive es un adorador del diablo, así que, a la hoguera con él.

Le recordaría al “presunto” Capitán que su labor no es lucir ese uniforme almidonado y flirtear con las pasajeras. Si no velar para que la gente llegue sana y salva a su destino y disfrute de sus vacaciones. Que miles de personas ponen sus vidas en sus manos confiando implícitamente en su profesionalidad.

Quiero recordar a todos los tripulantes que sí fueron responsables y ayudaron al pasaje en las labores de evacuación y a los pasajeros que mantuvieron la calma y con estoicismo esperaron a ser rescatados, son una muestra de la valentía del ser humano. Ellos dieron ejemplo de cómo hay que comportarse en semejantes situaciones y le diría al “presunto Capitán” que aprenda de ellos.

Para todos aquellos que no regresarán con los suyos, con todo mi cariño enciendo esta vela para que les guíe en su nuevo camino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario